HISTORIAS BASADAS EN PELÍCULAS REALES



Contaré historias basadas en películas reales, comeré callando con las manos vacías,  andaré hacia atrás sin mirar hacia adelante, me echaré a dormir sabiendo que estoy tumbado en el aire. Torceré la esquina esperando encontrarme en alguien, pisaré los charcos de plomo y gasolina, crujiré los dientes para hacerme el interesante, pondré poco peso en la mochila para poder volver a marcharme.
 

Oleré perfumes con sabor a hieratismo, plantaré flores de plástico marchitas, volveré a vender mis lágrimas de cocodrilo, me esconderé tras las excusas de respaldo de oficina. Intentaré no ser yo mismo en los días de letargo, fracasaré al llenar de vida los agujeros con alquimia, estropearé las noches frías recalentando el optimismo y envidiaré a la ira que se transformó en envidia.

Querré perder los papeles grapándolos con saliva, pasaré a limpio el tiempo en que te ensuciaste con mentiras, tendré en cuenta al viento cuando las llamas no tengan prisa, me olvidaré de los momentos que parecían no importar tanto y que no contábamos en alto para que no se durmiera el día. Recordaré con manos tristes las caricias que te dolían.


Pediré permiso al cielo para tener algo de desventaja, tenderé a ceder el paso en nuestros cruces de guadañas, lavaré con agua fría, quitaré los clavos viejos, cambiaré las fotos de los cuadros por personas imaginarias. Subiré las escaleras que bajaban al escenario y tacharé del calendario las fiestas que nos devolvían al principio. Apagaré la radio y perderé las llaves del armario donde escondías tu juventud en una caja de zapatos.


Esquivaré los pétalos de las margaritas, me pintaré las marcas de tus besos y esperaré a sentarme en aquel banco en el que vivíamos por la tarde. Comprenderé que no existen los tiempos a largo plazo cuando se trata de sonrisas sin contrato, del tiempo que empleamos en maltratar a las palabras, de las uñas clavadas en la pizarra o de las veces que llegabas a menos cuarto.


Fingiré estar en lo cierto, bajaré recto hacia el norte y supondré ganar perdiendo; moriré de paz por dentro, trataré de no hacer fotos con más huecos por si acaso, correré a resucitarme cuando note que no valgo y si veo que las olas no golpean en mi puerta ni tiembla la adrenalina que me inyecté para cenar,  tendré que saltar del barco para injertarme piel de gallina, para no tener remedio y quedarme a morir en el mar.


Y no podrás volver a necesitarme.







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