PATRIMONIO DE UNA VIDA



Recuerdo todo borroso, rojo y desenfocado. Recuerdo el olor de las mañanas de diario. Recuerdo los días que parecían de mentira y una luz que entraba por la ventana hasta mi cama y  las partículas de polvo en el aire. Recuerdo los nervios del primer día. Recuerdo lo frío que sabe el metal y lo mal que sientan a veces las buenas noticias. Recuerdo que no saber la verdad me hacía feliz y disimular era lo importante.

Recuerdo a mi madre mirándome desde la puerta mientras me hacía el dormido y se me escapaba una sonrisa. Recuerdo lágrimas. Recuerdo días raros en los que estar en silencio era lo mejor. Recuerdo el primer beso. Recuerdo lo duras que son las despedidas y lo fácil que es perdonar cuando estás ciego.
Recuerdo ser libre. Recuerdo sentirme vivo y lo ignorante que puede llegar a ser una ilusión.

Recuerdo estar sólo. Recuerdo el mar y lo dulce que sabe su sal los meses de verano. Recuerdo sentirme bien. Recuerdo días que eran interminables porque a veces parecían sueños y a veces pesadillas. Recuerdo tener los ojos abiertos. Recuerdo parecer algo que no era y elegir el camino equivocado. Recuerdo dolor. Recuerdo que la música fue un remedio en los momentos difíciles. Recuerdo ser joven.

Recuerdo despertar. Recuerdo querer echar a volar con un ala rota. Recuerdo ser consciente de mí mismo y creer en algo. Recuerdo ver a la muerte en la mirada perdida de una anciana que aceptó su final el día que su marido se fue y se llevó su corazón consigo. Recuerdo la lluvia. Recuerdo que a menudo solía pensar que no sería posible cambiarme porque ya no era el mismo. Recuerdo aceptar la realidad y bajar mis párpados de resignación. Recuerdo su olor.

Recuerdo perderlo todo y sentir que estaba ganando. Recuerdo miedo. Recuerdo lanzarme al vacío sin saber si llevaba puesto el paracaídas. Recuerdo que engañarme era la forma más fácil de seguir adelante. Recuerdo la indiferencia de algunas personas. Recuerdo dejarlo todo por perseguir mis sueños y como podía verlos al final del túnel. Recuerdo estar en un lugar abandonado que años atrás estaba lleno de vida. Recuerdo las noches en el porche con una luz en el techo llena de mosquitos.

Recuerdo sus ojos. Recuerdo las miradas de esperanza en personas que lo habían perdido todo. Recuerdo poder terminar con alguien lo que dejamos a medias en el pasado. Recuerdo horas que no terminaban nunca. Recuerdo dolor. Recuerdo pasos sordos en una sala de espera. Recuerdo que lo peor de tocar fondo era lo difícil que resultaba volver a la superficie. Recuerdo su sonrisa.

Recuerdo que me gustaba pensar en cómo habrían sido las cosas. Recuerdo mi vista cansada. Recuerdo mirar mi silueta en el reflejo de la tele apagada. Recuerdo encontrar paz. Recuerdo ver sitios que nunca imaginé que existieran. Recuerdo que no todo está en nosotros mismos. Recuerdo volver a nacer cuando me despertaba a su lado. Recuerdo ver mi pelo blanco.

Recuerdo sus manos en mi cara diciéndome que todo iría bien. Recuerdo lo buenas que resultan ser algunas personas. Recuerdo arrepentirme de dejar pasar ciertas cosas. Recuerdo aquellas tardes de invierno viendo el agua chocar contra las rocas. Recuerdo que merecieron la pena todos aquellos pasos en falso. Lo único que lamento es no poder tener más recuerdos.





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